La creciente IED de China en México está bajo escrutinio
De acuerdo con fDi Intelligence la percepción de México como una puerta trasera para que los productos chinos ingresen al mercado estadounidense está ganando impulso. En 2023, México registró un récord de IED e importaciones procedentes de China. Ese mismo año, reemplazó a China como el mayor exportador del mundo a Estados Unidos. ¿Por qué es importante? Los crecientes vínculos comerciales y de inversión con China alimentan la creciente percepción de que México se ha convertido en una puerta trasera para que las empresas chinas accedan al mercado estadounidense. Las próximas elecciones estadounidenses y una revisión del T-MEC pueden poner fin a esta situación.
En 2023, México intercambió lugares con China como la mayor fuente de importaciones de Estados Unidos. Según la Oficina del Censo de EE. UU., las importaciones estadounidenses desde México aumentaron un 4,6% a 475.600 millones de dólares en 2023, mientras que las importaciones estadounidenses desde China cayeron un 20,3% a 427.200 millones de dólares en 2023. Gran parte de esta caída puede atribuirse a un aumento de los bienes fabricados en otros lugares por empresas no chinas y a una disminución de las exportaciones directas chinas debido a las barreras comerciales. Sin embargo, coincide con un aumento vertiginoso de las exportaciones chinas y de la IED en México, lo que genera dudas razonables entre los responsables políticos estadounidenses de que el papel de México en el actual marco del T-MEC esté moderando los esfuerzos del país por restringir la importación de bienes y tecnología chinos.
Según datos de fDi Intelligence, ha habido un aumento significativo, pero escalonado, en el gasto de capital de IED china en México: desde un mínimo de 267 millones de dólares en 2018 hasta un máximo de 5.600 millones de dólares en 2023. Cabe destacar que el gasto de capital chino en los fabricantes de equipo original automotrices en México alcanzó un máximo de 3,5 mil millones de dólares en 2023, según muestran las cifras de fDi Markets.
Actualmente, la IED china en México se centra en la manufactura que requiere niveles más bajos de insumo tecnológico. Las empresas chinas que operan en México se centran predominantemente en los sectores manufactureros básicos. Esta inclinación hacia actividades manufactureras fundamentales incluye sectores como el de piezas de automóviles, ensamblaje de productos electrónicos y bienes de consumo en general.
Según el Servicio de Investigación del Congreso (CRS en sus siglas en inglés), bajo el T-MEC, la mayoría de los bienes que contienen materiales de países no pertenecientes al T-MEC sólo pueden considerarse norteamericanos si los materiales se transforman lo suficiente en la región del T-MEC. Como tal, la mayor parte de la IED china centrada en la manufactura o el ensamblaje en México evitará los aranceles estadounidenses si el contenido de valor regional de los bienes no es inferior al 60%, o no inferior al 50% si se utiliza el método del costo neto. Mientras la IED china en México respete estas reglas, Estados Unidos tendrá poca influencia legal en el actual T-MEC previo a la revisión.
Sin embargo, a pesar de que tanto la actual administración de Biden como una posible presidencia entrante de Trump tienen orientaciones políticas similares sobre el comercio con China, la IED china en México podría convertirse en una moneda de cambio político durante la campaña. Si aumentan las tensiones con China, Estados Unidos podría utilizar la dependencia económica de México para impulsar regulaciones comerciales más estrictas.
Varios expertos en el tema dicen que Independientemente del resultado de las elecciones, las inversiones chinas en el norte de México probablemente enfrentarán un mayor escrutinio y posibles aranceles adicionales a la manufactura, y una revisión del T-MEC en 2026 que podría introducir cambios significativos, incluidos posibles modificaciones a las reglas de origen. Sin embargo, también es importante que cualquier futura administración estadounidense sea cautelosa. Es crucial que el Congreso de Estados Unidos y la administración entrante se abstengan de acciones unilaterales contra China que violen el T-MEC. Tales acciones pondrían en peligro la revisión del acuerdo en 2026 y perturbarían el impulso positivo que el T-MEC ha generado durante los últimos cuatro años en materia de comercio, inversión y creación de empleo.
La IED china en México se encuentra en un punto de inflexión. Podría crecer exponencialmente hasta convertirse en un gran sector que impulse la capacidad exportadora mexicana o quedar aplastada bajo un escrutinio renovado y una nueva ola de regulación comercial. Esperemos que esta incertidumbre se disipe después de las elecciones de noviembre de este año.